viernes, 1 de agosto de 2008

¿Cuál es el efecto de la información sobre los lenguajes visuales que utiliza nuestra cultura?

La informatización de la cultura no conduce sólo al surgimiento de nuevas formas culturales, como los videojuegos y los mundos virtuales, sino que redefine las que ya existían, como la fotografía y el cine. Por eso investigo también los efectos de la revolución informática sobre la cultura visual en un sentido amplio. El cambio hacia unos medios que se basan en la computadora, ¿de qué manera redefine la naturaleza de las imágenes estáticas y en movimiento? ¿Cuál es el efecto de la información sobre los lenguajes visuales que utiliza nuestra cultura? ¿Qué nuevas posibilidades estéticas surgen?


Las historias de los medios y de la informática se entrelazaron más cuando el ingeniero alemán Konrad Zuse comenzó a construir una computadora en la sala de estar del piso de sus padres en Berlín [en 1936]. La de Zuse fue la primera computadora que funcionó. Una de sus innovaciones fue el empleo de cinta perforada para controlar los programas. La cinta que utilizaba Zuse eran, en realidad, descartes de película cinematográfica de 35 mm.


Uno de los fragmentos de dicha película que han sobrevivido muestran un código binario perforado sobre los fotogramas originales de una toma de interior. Una típica secuencia de película, con dos personas en una habitación que participan en una acción, se convierte en un soporte para un conjunto de órdenes al ordenador. Fueran los que fueran el sentido y la emoción que contuviera esa secuencia cinematográfica, habían quedado anulados por su nueva función como soporte de datos. Y la pretensión de los medios modernos de crear simulaciones de la realidad sensible queda igualmente cancelada; los medios se ven reducidos a su condición original de soporte de información, nada más y nada menos. En un remake tecnológico del complejo de Edipo, el hijo mata al padre. El código icónico del cine queda descartado a favor del binario, más eficiente. El cine se vuelve esclavo de la computadora.


Pero este no es el fin de nuestra historia, que sufre un nuevo y feliz giro. La película de Zuse, con su extraña superposición del código binario sobre el icónico, anticipa la convergencia que se dará medio siglo más tarde. Los dos recorridos históricos por separado se encuentran al fin. Los medios y la computadora, el daguerrotipo de Daguerre y la máquina analítica de Babbage, el cinematógrafo de los Lumière y el tabulador de Hollerith se funden en uno. Todos los medios actuales se traducen a datos numéricos a los que se accede por la computadora. El resultado: los gráficos, imágenes en movimiento, sonidos, formas, espacios y texturas se vuelven computables; es decir, conjuntos simples de datos informáticos. En definitiva, los medios se convierten en nuevos medios.

Texto de Lev Manovich

Un poco más en este posteo, in fine.