¿Tenemos dos memorias? ¿Una memoria selectiva?
En el fotolog de Román Vitali encuentro esta foto. Presupongo que es Rosario, los sillones me son familiares. Nancy Rojas acaricia sus párpados. ¿Cuándo fue? Ni idea.
No puedo acordarme.
En una carpeta de mi máquina encuentro estas imágenes del desierto de Angara, en Second Life. Y recuerdo con precisión el momento, las luces, los sonidos. Con el paso del tiempo la memoria se unifica. Haber estado en Angara virtual no se compara ni remotamente con haber podido conocer Angara unplugged. Sin embargo, ambas existen, y en la percepción que resguarda la memoria, ambas tienen su potencia.
Cuando jugaba al Doom, soñaba con muchas locaciones como si hubiera estado ahí, físicamente. A medida que los entornos 3D se perfeccionen (lo que no significa que deban volverse más realistas) la memoria de los espacios se volverá indiscernible.
En cierto modo, ya sucede.