martes, 25 de mayo de 2010

Manifiesto Procrastinante


El historial de tu máquina es pura acción.
Tu labor. Son tus elecciones. Es un software que funciona como un detective y a la vez como un diario personal de tus movimientos virtuales.
¿Qué hacemos en la web? Muy simple: navegamos todo tipo de información.
El historial no es otra cosa que el minucioso mapa de tus movimientos.
Una web es ante todo tiempo.
Y tu presencia en ese tiempo es tu historial: ni más ni menos que una lista.


(Clickear sobre la imagen para agrandar). Soy usuario de Google Chrome (la web es ante todo un instrumento y, ya lo sabemos, nos determinamos en nuestras posibilidades de instrumentistas).
Una herramienta muy gráfica, especialmente el historial. Mi memoria de archivo en estado crudo.
En este sentido mis blogs, tanto Cippodromo como Cippodromon, son mis archivos razonados. Nada distinto al núcleo duro de mi actividad web: un muestrario de links que son los que más se reiteran en el historial de mi máquina.
Por suerte, mi vida web es sólo una parte no tan extendida de mi vida a secas. Con esto quiero decir: mi vida web no duplica para nada a mi vida unplugged. La continúa, sí. Muy parcialmente. De aquí mi anfibiedad: sólo un porcentual pequeño de mi deseo de información se articula en la red.


Todos somos procrastinautas. Avanzamos y delineamos una buena parte de nuestros días en las oscilaciones de nuestro procrastinar.
Por lo mismo, propongo un manifiesto-manual-de-instrucciones cuyo centro sea el siguiente: todos los días, antes de apagar la máquina, detenernos a observar minuciosamente y sacar conclusiones de nuestro historial.
Procrastinemos, sí. Pero sepamos cómo.
Seamos procrastinadores autoconcientes.
Politicemos nuestro tiempo.