martes, 29 de julio de 2008
Posmoderno
No puede sino resultarme simpático que para los jovatos (para muchos jovatos) la palabra “posmoderno” sea un adjetivo más bien descalificativo. Hace veinte años (en realidad un poco más) el debate sobre qué es moderno y a qué llamar posmoderno hacía furor. Con los años, la manía clasificatoria se aplacó bastante y reina un consenso blando sobre el tema, aunque por supuesto nadie se pone de acuerdo. Lo cierto es que los que más utilizan esa palabra son los que más parecen sentirse interpelados por ella, y noto que lo hacen como sinónimo de “pérdida de valores”, es decir, como condena ética. ¿Cómo se definirán? ¿Cómo modernos? ¿pre-modernos? No queda jamás demasiado claro si la posmodernidad será en sus mentes una fatalidad o una elección, pero lo cierto es que en ambos casos lo que se pone en marcha es un ejercicio discriminatorio con todas las letras. En mi caso, mis elecciones les vienen a muchos como anillo al dedo: en su “aparato teórico”, alguien que se interesa por los efectos de la cultura pop, por las prácticas contemporáneas del arte y por una antropología de las cyberculturas y otras temáticas afines sin dudas debe ser un posmoderno. Ahora ¿mis intereses me vuelven posmoderno? Digamos ¿un teórico de rock es invariablemente posmoderno? ¿un desarrollador de software lo es? ¿Es posmoderno quien no adscribe a los valores del modernismo o anteriores al modernismo? Por ejemplo, una señora que en la década del 40 se interesaba más por Libertad Lamarque que por James Joyce ¿ya era posmoderna? ¿Lo era Gardel cuando incursionaba en el foxtrox? ¿Dante Quinterno y Divito eran posmodernos? Si digo que disfruto tanto con Hitchcock, Camille Paglia, Flaming Lips, Gyula Kosice, William Burroughs, Alan Courtis, Raquel Forner, Samuel Beckett, Edelmiro Molinari, Regina Spektor, Amelia Biagioni, Louis-René des Fôrets, María Gainza, Horacio Salgán, Martín Legón, Juan Del Prete y Raúl Antelo ¿mi gozoso eclecticismo me arroja a la posmodernidad? Ya sé: leo con más placer a Frederic Jameson que a Habermas. Como sea, parecería ser que posmodernos siempre son los otros.