Lola: El relativo fracaso de nuestro proyecto posiblemente se deba a haber practicado mal una metáfora: lo que llamamos ciudades en metaversos como Second Life no son ciudades. O son ciudades restringidas, que cumplen algunas de sus funciones y de una forma que no se parece mucho a lo que conocemos en el mundo físico.
Marilu: Además el concepto de “ciudadano” en los mundos virtuales no sirve. Nadie se reclama como tal. La relación con el entorno es más laxa. Bueno, a menos de que seas uno de los que construyó la ciudad.
Nero: Las ciudades son decorados. Sitios donde transcurre la acción. No cumplen otra función que no sea la de simular que son ciudades. El concepto de hábitat existe en un sentido que supera a la unidad de ciudad.
Lola: Leímos tu texto, Tokio como software, en la revista Tokonoma. No hay mucho más sobre el tema publicado, en español al menos. La idea de comenzar con esta investigación tuvo un impulso en esa lectura. Nos preguntamos qué sería ser ciudadano de un sitio específico de Second Life. Elegí Midiam a propósito, sabiendo que es un sitio de rol. Todos me preguntaban de qué bando estaba. Cuando les decía, para provocarlos “yo vivo aquí, este es mi lugar” ni me escuchaban. Trataban de sumarme a uno de sus bandos, que comprara equipo de combate.
Damasus: Es que leímos tanto sobre la venta de lands en Second Life, sobre negocios inmobiliarios en la virtualidad, que quisimos saber qué se hacía con esa inversión. Qué se realizaba con ella, a partir de ella. Idea City, el espacio que decidí “habitar” no es un juego de rol, pero tiene sus reglas, sus leyes. Por eso insistí con mantenerme al margen. Elegí ser un marginal en una ciudad virtual.
Marilu: Cada uno de nosotros hizo un blog. Son trece en total. Pero enseguida nos dimos cuenta de que no tenían respuesta en la secondblogósfera [la blogósfera exclusivamente realizada desde los avatares]. A la inmensa mayoría de usuarios de Second Life no les interesa ni reflexionar sobre qué es lo que están haciendo ni leer lo que reflexionan otros. Una ciudad, de este modo, se transforma en un campamento de vacaciones. Mi espacio fue Virtue City. La mayor parte del tiempo la ciudad estuvo desabitada. Me dediqué a trazar sus planos. La conozco mejor que mi casa en Real Life.
Regina: Pienso más en un café. Son como bares, sitios donde los nativos pasan un rato, se encuentran, dan vueltas. Nadie tiene necesidad de habitarlos. Tampoco creo que sirvan al turismo. Cuando visité réplicas de ciudades existentes en Real Life, no me cautivaron para nada. Todos nosotros preferimos las ciudades inventadas, en todo o en parte. No sabía si existía Nipponbashi (después me enteré que sí). No quería saber. Para mi se trataba sólo de un sitio digital.
Damasus: Los blogs de nuestro grupo están detenidos. Decidimos reformularlos. De momento seguimos dándole vueltas al proyecto. Le dedicamos mucho menos tiempo que antes. Menos tiempo in situ, quiero decir. Nunca perdimos el contacto entre los miembros ni dejamos de reflexionar sobre el tema.
