lunes, 18 de agosto de 2008

Otro diálogo anfibio

Napoleón: Cuando tenía seis años, fuimos con mis hermanos a un parque de diversiones y dimos varias vueltas en el tren fantasma. Fue una experiencia muy intensa, imborrable. Diez años después me volví adicto al Doom y más tarde a otros juegos 3D como Myst, Quake y Tomb Rider. Lo cierto es que recuerdo como mas reales éstos últimos entornos que los del sugestivo tren fantasma ¿este sería mi principio de una experiencia anfibia?


Dolcemare: Estamos charlando dentro de una versión digital del lovecraftiano hotel October, más específicamente del pueblo de Innsmouth en Second Life. Más tarde recordaré la luz mortecina, los ruidos lejanos, los libros cautamente desordenados. Todo esto sin haber abandonado mi sitio de trabajo en el mundo físico. Sin embargo, estos recuerdos no pertenecen sino a éste entorno, por lo cual mi cotidianeidad al menos tiene dos niveles. Es lo que llamamos cultura anfibia. Conocemos muchos avatares y no tenemos idea de quienes están detrás de ellos. Es decir, conocemos y tenemos relación con personas en su estado avatar. La cuestión es ¿cómo se relacionan estos mundos entre sí? ¿Cómo trasladamos experiencias de uno a otro?

N.: Hace unos días copié en mi perfil una declaración de principios que leí en otro perfil: “No me gusta mezclar Real Life con Second Life. Este mundo es para desconectar de la realidad, no para continuarla”. Hoy aclararía: “Este mundo (Second Life) es para continuar aquello de otro modo, jamás del mismo”. Pero también podría dar el giro y admitir que aprendí muchas cosas en el metaverso que luego apliqué en mi vida física. La corriente jamás ocurre en una sola dirección.


D.: De adolescente imaginé muchas veces el poblado de Innsmouth; cada vez que releía el relato tenía la certeza de más detalles. No sé cuál versión prefiero, quizá la que mi cabeza elaboró entonces, pero lo cierto es que ambas conviven. Cuando pienso en Innsmouth mucho de lo que percibo en este entorno en el que estamos reaparece. La cabeza ecualiza las diferencias.

N.: Por eso insisto con las heteronimias. Napoleón, como me dijiste alguna vez, es un remix de mi. En mi traducción al metaverso me rectifico, modifico formas de comportarme. Sería absurdo desatender a que en este entorno virtual nos relacionamos del mismo modo. Si no te conozco previamente del mundo físico, te percibo de una forma muy distinta. Cada cual tiene su experiencia. Para mí estar en Second Life es como actuar en una película, con subtitulados y todo.