jueves, 12 de marzo de 2009

Neurosis virtual


Napoleón: Un avatar es un “descanso de sentido”. Este alivianamiento, por supuesto, no resulta exclusivo de la digitalidad ni mucho menos, aunque siempre es un ejercicio de reinvención, teniendo en cuenta que toda reinvención es siempre parcial.

Dolcemare: A ver si entiendo ¿es tu construcción de identidad en el entorno físico la que descansa?

N.: Algo así. Es tu construcción de identidad en un contexto determinado. A menos de que seas una estrella de la televisión o un personaje público, cualquiera de nosotros fuera de su medio (de los sitios en los que construye su cotidianeidad sedentaria) se convierte en un desconocido para los demás. Viajo a 15 km de mi casa (y mucho menos también) y nadie sabe quién soy. Puedo jugar a ser otro. Con un programa como Second Life, no necesitás salir de tu casa para ser otro.


D.: Pero eso ya pasaba en el chat.

N.: Claro. Pero de otra forma. El hecho de que un avatar no sean sólo palabras sino una representación gráfica que puede mutar constantemente promueve otras dinámicas. En este sentido, los metaversos proveen de una licencia: podés interpretar cualquier rol sin ser actriz o actor. El sentido es siempre acumulativo, procede por capas de significado.

D.: Resulta claro que implica otra relación con el cuerpo. La virtualidad digital es muchísimo más maleable. Sin embargo la visualidad del cuerpo digital no deja de proyectar su protocolo.


N.: ¿Cómo sería eso?

D.: No es lo mismo, al momento de sociabilizar en un metaverso, que te presentes como elefante, Pokemón, avatar básico o premium.

N.: A eso me refería. El “descanso de sentido” no es más que un retardo y desplazamiento de la elaboración de sentido social. Second Life, como cualquier plataforma software, dispara otros estilos de paranoia. Sé que es un tema que te interesa.


D.: No más que la neurosis a que nos invita la virtualidad en general. Nadie confunde su experiencia en Second Life con sus vivencias en el mundo físico. Al menos de momento. En principio porque interactuar en un metaverso no es más que una extensión de la acción en nuestro mundo de átomos. Sin embargo, el “descanso de sentido” para muchos puede transformarse en una “pesadilla de sentido”.

N.:
En el mundo digital siempre tenés la oportunidad de apagar la máquina.

D.: Lo aprendí de vos: siempre quedan secuelas.