lunes, 25 de mayo de 2009

Siempre tratamos de evitar ser textuales


Evaristo Cultural: En una de tus canciones decís: "Puede ser que yo siempre esté pensando en mi buen aspecto", y después: "Todo lo que leíste, toda las películas que viste, todo fue directo a tu cara". La cultura, la formación, el arte, ¿te visten?

Sergio Pángaro: Sí claro. En ese momento la frase surgió de una idea de Oscar Wilde. Él siempre era muy irónico y hacía hincapié en esa idea de que no hay nada más profundo que la superficialidad. En el sentido de que para un alma penetrante con eso basta. Es como otra manera de decir esa otra idea genial de que hay otros mundos pero están en este. El tratar de menospreciar la superficialidad es como ser superficialidad. Es decir, ¡Ay, te fijás en el moño! Y sí, porque si está muy apretado o muy flojo, te está diciendo muchísimo. Ahora si tus ansias de profundidad te hacen pensar que los marcianos nos van a salvar, de que el planeta se está sobrecalentando, eso sí es una superficialidad. En ese momento quisimos decir eso con la canción. Sí, puede ser que piense en si me queda bien el traje o no, pero ahí está también todo mi desencanto, todas mis ansias. Todo, sin quererlo, se manifiesta en la manera en que levanto un vaso o en qué galletita agarro del plato. En ese momento estaba muy atento a las buenas maneras.



EC: ¿Por qué creés que tantas tribus diferentes se sintieron identificadas por "Baccarat"? Muchos diseñadores gráficos, muchos frívolos, muchos travestis, intelectuales, homosexuales, punks, jóvenes y grandes... Un gran mestizaje de tribus diferentes que comulgan en ese producto.

SP: Quizás algo tenga que ver esto de que siendo conciente de los códigos que aglutinan a las tribus tratamos no de ignorarlos pero sí de evitar la textualidad, que no sea un producto a pedido. Siempre tratamos de evitar ser textuales. Yo pienso que quizás es eso, el buscar una identidad caprichosa que tenga que ver con los procedimientos de los que hablamos antes, más que que se trate de un producto ortodoxo -que tiene sus beneficios, digamos, si es tecno-pop sabemos que se puede introducir en ese mercado y así con todo-. En este caso -tanto el de "Baccarat" como el de "Las mil copas"- no creo que tenga un mercado específico y, sin embargo, tiene elementos con los que cualquier espíritu sensible puede sentirse satisfecho. Y así, por fortuna, quedan fuera todos los consumidores de moda, los que van a buscar algo que afirme la moda. Y yo prefiero mil veces tener un público como el que viene que ese otro que es el que está autorizado por la radio, los periodistas de espectáculos, etc. A mí me gusta la figura del analista -por fortuna he aprendido a diferenciar los que venden un producto de los que analizan un producto-. Para mí el periodista puede ser un artífice más del arte; un escritor puede ser periodista. Muchas canciones nuestras están abordadas desde el periodismo de investigación. El verdadero periodista también se emociona y transmite esa emoción. Nunca me olvido de que cuando era chico y leía una columna que me emocionaba sobre algún disco, yo iba y me lo compraba. Después quizás no me gustaba, pero el autor de la columna me había transmitido una pasión... Y de eso se trata, algunos lo hacen desde su columna, otros desde el escenario. El nombre, la nomenclatura, no garantiza ni la calidad ni el lugar de la cultura que ocupás.

Sergio Pángaro entrevistado por Roxana Artal y Damián Blas Vives para Evaristo Cultural.