viernes, 5 de junio de 2009
Mitología y Agitprop
Herry Jenkins III entrevista a Wu Ming 1.
HJ3: Te has referido al movimiento Luther Blissett como "mitopoiesis de base", comparándolo con la fanfiction y diferenciándolo del movimiento de culture jamming (1). ¿Cuál crees que es el valor de las mitopoiesis de base?
WM1. Mientras que exista la tendencia a usar la palabra “mito” como un sinónimo elegante de “mentira”, quisiera atenerme a una definición más precisa. Para decirlo de manera sencilla, los mitos son historias que mantienen vivas y unidas a las comunidades. No podríamos relacionarnos socialmente sin los vínculos que creamos mediante el intercambio de historias, y los mitos son historias con un valor simbólico muy fuerte, historias que nos hablan de misterios sobre cómo hemos hecho para llegar hasta aquí, los modos con los que nos ingeniamos para ponernos de acuerdo y sobre el futuro que nos espera.
Los mitos no son restos estrafalarios de un pasado remoto, cambian su forma y adaptan su contexto, y siempre pertenecen al presente, nos hablan sobre nosotros aquí y ahora. Aún las personas más racionales reconocen el poder de los mitos en sus vidas. Como Joseph Campbell ha señalado en una oportunidad, si miras a un profesor que juega bolos, lo verás “moverse y contonearse cuando la bola ya no está en su mano, como guiándola hacia los bolos”, es evidente que intenta convocar poderes sobrenaturales, los mismos que encontramos en los mitos y leyendas populares atestadas de demonios, brujas, magos, dioses, etc.
Además los mitos tienen una función muy importante: pueden estimular a las personas sometidas a luchar, gracias al hecho de que las historias de injusticia y rebelión, de represión y resistencia, se transmiten de una generación a otra. Por ejemplo, Martin Luther King y Malcolm X son figuras históricas y míticas, son nuestros preciados mártires, los que osaron ponerse de pie y decir la verdad, y pagaron un precio muy alto por hacerlo. Por otra parte, los mitos ayudan a las personas que sufren a soportar esa situación con la remota esperanza de un ajuste de cuentas, como en el mito del juicio universal, cuando los últimos serán los primeros, o como en el mito de la revolución, cuando los pobres tomarán el poder y devorarán a los ricos.
A inicios/mediados de los años 90, la identidad colectiva “Luther Blissett” fue creada y adoptada por una red informal de personas (artistas, hackers y activistas) interesadas en utilizar el poder de mitos y trasladarlos más allá de la "contrainformación” y la agitprop .
En Bolonia, mi círculo de amistades compartía una obsesión por el eterno retorno de figuras arquetípicas, como héroes populares y tricksters (2). Pasábamos los días explorando la cultura pop, estudiando el lenguaje de los zapatistas mexicanos, recogiendo historias de mofas mediáticas y guerrilla comunicativa desde los años veinte hasta nuestros días (historias del dadaísmo berlinés, tertulias futuristas, etc.). Mirábamos obsesivamente una película en particular, Slapshot de George Roy Hill, con Paul Newman como protagonista en el papel del jugador de hockey Reggie Dunlop. Adorábamos a Reggie Dunlop, era el trickster perfecto, el Anansi de las leyendas africanas, el coyote de las leyendas de los nativos norteamericanos, Ulises cuando manipula al cíclope.
¿Podríamos construir nuestro propio “Reggie Dunlop”, un “trickster con mil rostros”, un golem hecho con barros de tres ríos (la tradición agit-prop, la mitología folclórica y la cultura pop)? ¿Podríamos generar un juego de rol completamente nuevo utilizando todas las plataformas de medios disponibles en ese momento para difundir la leyenda de un nuevo héroe popular, un héroe nutrido por la inteligencia colectiva? (A propósito, habíamos leído los libros de Pierre Lévy (3); el padre de WM4 tenía una pequeña editorial y hacía poco tiempo que había publicado la traducción de Les Technologies de l'intelligence, fue la primera editorial de Lévy en Italia, e incluso nos hemos reunido con él un par de veces en Bolonia).
Gracias a las redes BBS como FidoNet, la red del arte postal y el panorama nacional de los centros sociales ocupados, estábamos en contacto con mucha gente en Italia y en el exterior. Empezamos a correr la voz y todo sucedió muy rápidamente. En pocos meses, cientos de personas usaban el nombre “Luther Blissett” y el nuevo golem recibía una gran cobertura por parte de periodistas desconcertados.
Es verdad, había un elemento disruptivo, una postura de confrontación, algo que nos convertía en primos de los “culture jammers” y “subvertisers”, de teóricos como el Critical Art Ensemble, etc., pero también había una diferencia importante. La agitación modelo Adbusters está bien, sabotear la propaganda comercial es probablemente una fase necesaria que hay que atravesar. Hacer parodias de anuncios publicitarios, crítica del consumismo, sin duda son acciones valiosas. No obstante, Luther Blissett tuvo una actitud más positiva aún, el propósito principal fue crear una comunidad alrededor del mito de Blissett. Las mofas, los montajes y el sabotaje de los medios eran más los recursos para difundir el mito que las finalidades últimas del proyecto. El aspecto más importante de nuestras actividades no era el sabotaje, sino que el recurso del sabotaje aumentara el estatus mitológico de
Blissett.
Fue una revuelta sorprendente, muchas personas escribían, actuaban y se exhibían bajo el mismo seudónimo, coordinando de algún modo sus energías sin la necesidad de conocerse, enviándose recíprocamente mensajes en botellas. Era una comunidad abierta e informal. Los bulos y los engaños a los medios servían para que nuestra presencia en el ambiente mediático fuera legendaria, de modo que cada vez más personas se unieran a nosotros y adoptaran el nombre. El “culture jamming” fue solamente un elemento subordinado del proyecto, lo principal era la experimentación práctica de una mitología interactiva de base.
(1) Culture jamming: a menudo se lo traduce como “interferencia cultural”. Según el artículo en inglés de la Wikipedia, consiste en transformar los medios de masas para producir mensajes negativos para su imagen, utilizando sus propios sistemas de signos y codificación.
(2) Los antropólogos llaman trickster a un personaje habitual en las narraciones míticas de numerosas culturas indígenas, aunque sus ejemplos más clásicos se encuentran en el folklore de los indios de América del Norte. En inglés, la palabra tricky puede significar cosas tan dispares como “complejo”, “difícil” y “delicado”, pero también “astuto”, “hábil”, “mañoso” y “embaucador”. El trickster posee todas estas características, y es por ello ambivalente.
(3) Pierre Lévy (Túnez, 1956) filósofo especializado en analizar los cambios que está produciendo las nuevas tecnologías en general y la Red en particular sobre la sociedad. Alumno de Michel Serres y Cornelius Castoriadis en la Sorbona, es profesor en el Département Hypermédias de la Universidad París-8 Saint-Denis.
El PDF de la entrevista acá.
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