Suele suceder así. Estaba leyendo unas líneas de Nietzsche que dicen:
“A los ojos de los extraños que nos ven somos una cosa completamente distinta de lo que nosotros creemos ser: generalmente, no se ve otra cosa más que una particularidad que salta a los ojos y que determina la impresión. Así es como el hombre más apacible y más razonable, en caso que tuviera un gran bigote, podría sentarse en cierto modo a la sombra de ese bigote y sentarse ahí con toda seguridad.” Y me vino a la cabeza inmediatamente de esa otra frase de Salvador Elizondo que recuerdo más o menos así: “Finalmente acabamos por parecernos a ese que imaginan los desconocidos”.
Imagínense, con esto rondándome encontrarme con éste posteo (hacer clic acá) y enterarme que un artista llamado Leopoldo Sosa, a quien creo no conocer (al menos no recuerdo su nombre) está realizando un work in progress que no es nada distinto a un mural con mi cara. Vaya impresión ¡tremenda sorpresa!. Una vez más otra cita me revoloteó; esta vez de Bioy Casares. “Creí durante muchos años que la cara nos tocaba en suerte. (…) En no recuerdo qué oportunidad un fotógrafo me dijo: “Usted no va a creerme, pero hay personas que no asumen la responsabilidad de su cara” Rápidamente resolví, por si acaso, asumir la responsabilidad de la que tengo”. Incluso siendo un work in progress, estoy pensando en asumir la responsabilidad de parecerme todo lo que pueda al mural de Leopoldo Sosa.