miércoles, 9 de junio de 2010

¿Quién es Flavio Kacer?


Rarísimo. En la nota publicada el domingo último en el diario Perfil sobre la última muestra de Fabio Kacero titulada (sólo para el texto de la nota ¿de dónde habrá salido ese nombre? ) Atemporal, invisible y de encuentros imposibles, Claudio Iglesias parece querer discutirme cuando escribe “En una palabra, Kacero es un desertor de toda idea de práctica artística que se fundamente en la especificidad de un medio y no, como juzgó oportunamente Rafael Cippolini, en la construcción de un personaje. De ahí que la opacidad casi alienígena de los objetos y la extravagancia de algunos planteos formales subrayen una búsqueda de la dirección performática inherente a toda obra de arte y del involucramiento ficcional del artista en ella.” Sin dudas se refiere a lo que dije en este posteo-apunte (hacer clic acá), ya que en Dispersiones diferidas, que es mi colaboración para el libro sobre el artista que publicó Adriana Hidalgo Editora, no utilizo en ningún momento el término personaje ni siquiera en forma figurada.


“El personaje-Kacero (que remite de inmediato y en sus palabras a aquel Borges y yo, que tanto admira) reaparece con El Muertito y las performances en el café Saint Moritz registradas por Rosana Schoijett, que conviven perfectamente con las distintas propuestas de su Muestra del Año y sus ya conocido catálogo de acolchados y transparencias.”

Para empezar, la idea del personaje-Kacero en relación al Borges y yo, es algo que charlamos muchas veces con Kacero ya que es un tema de su interés y no una ocurrencia mía. Por otra parte, en ese párrafo sólo me limito a decir que el personaje reaparece (es decir, se manifiesta), no que fuera central ni fundamente ni, mucho menos, que necesariamente preexista a la obra.

¿No deberíamos revisar con más atención la frase que Kacero sube a la web de la galería? (hacer clic sobre la imagen)

Simétricas imposibilidades de ver.
El dios del mundo es Jano, y Fabio Kacero se encuentra con Flavio Kacer.


Además, el video exhibido no es El Muertito (Totloop, 2003) sino una cita a esa obra donde Kacero se reapropia de una crítica despiadada que recibiera en una muestra colectiva en Nueva York en el 2007.


Pero lo que menos entiendo es cuando describe “[En uno de los videos] otra niña, todavía inexperta lectora, le impone una prosodia particular al relato de Víctor Hugo Morales del gol de Maradona contra Inglaterra donde es comparado con un barrilete cósmico”. Y digo que no entiendo porque justamente esa obra no forma ni formó parte de la muestra.
Realmente, muy muy raro. Tan raro como ese nombre de muestra que ni el propio artista conoce.