Y también impúdicamente.
Si existe un pulso en nuestra cultura es este.
No sólo somos espectadores (el horror de Guy Debord). Somos también productores de visualidad.
Jamás como en los últimos tres lustros la virtualidad fue tan masiva.
Pues ese es otro punto clave: visualidad y masividad.
Son demasiadas voces.
No hay nada mejor que proteger que sean demasiadas voces.
Imágenes de
Nur_Moo