Falso déjà vu: Open Life parece muy familiar, pero no lo es. ¿Quizá es demasiado incipiente? Recorro este metaverso. Imperiosa sensación de inestabilidad del entorno. Paso un buen tiempo: nadie. No hay avatares a la vista. Trato de obtener información in situ: mi idea es no leer decenas de páginas de discusión antes de ingresar, sino realizar una expedición y recoger datos. Convertirme en un expedicionario. Más tarde confrontaré impresiones. Pero todo parece a medio hacer.
Es un planeta inestable. En todo sentido. Desolado, salvaje. Todo mundo tiene sus códigos. Los de Open Life parecen postergados, larvales. Sitios con identidad gelatinosa.
Trato de encontrar núcleos de sociabilidad. Imposible. El teleport no funciona. Los gráficos se tildan. Uno se vuelve más cauto. Y el viaje más lento.
Para que formas culturales mas interesantes ocurran la plataforma tiene que estabilizarse. Las condiciones de contexto son muy molestas. Recorro un mundo de formas muy similar en muchos aspectos a Second Life, pero definitivamente, al menos hasta hoy, la experiencia es otra. Precámbrica.
Precambric Life.
¿Cómo nos entrometemos con las formas culturales? Ese es el quid. Open Life, a su modo es una forma cultural dinámica, en proceso. Un software de este tipo lo es. Todavía falta (mucho, aunque la percepción del tiempo en los metaversos es muy otra y los ciclos tienen velocidades notoriamente disímiles a las del mundo en átomos) para que se generen subculturas, un underground interesante como en Second Life. Mientras, el desierto de signos.
360º. O no tanto. Vuelvo a ver el video que Elijah Wood dirigió para The Apples in Stereo. Me encanta esta banda. Hablando sobre el remix de formas culturales ¿Electric Light Orchestra colisionada con Syd Barrett? ¿Brian Wilson rechequeando a The Knack?
¿No es demasiado diversa la experiencia Elephant 6? La geografía y las condiciones de esa geografía siguen hilvanando experiencias tan artísticamente dispares como Olivia Tremor Control, Neutral Milk Hotel o Dressy Bessy?
Como vengo diciendo, la geografía (la experiencia cultural de interacción con geografías diversas) ya no es lo que era. Las poéticas de la fluctuación, para nuestro regocijado vértigo, no hacen más que expandirse.