lunes, 15 de septiembre de 2008

Second Life, entre la ficción y la realidad


Napoleón: Existen dos tipos de avatares en los mundos virtuales: los que tienen guión y los que no. El guión resulta, ni más ni menos, un programa dentro del programa: un indicativo de acción para moverte en un contexto de software. El conjunto de indicaciones que señalan tu plan de sociabilidad. Si un avatar es una representación gráfica de quien sos en el mundo físico cuando te recreás en un contexto digital, resulta evidente que las nuevas imposiciones de contexto modifican el modo en el que los demás te perciben.

Dolcemare: Me gustaría dar un pequeño giro. Solemos preguntarnos ¿Qué y cuánto hay de real en la digitalidad? O modificando un poco la interrogación ¿de qué manera participa la digitalidad en lo real? Son dos palabras complicadas, demasiado abiertas a sentidos contradictorios. En un territorio software como Second Life, la existencia avatar se dirime entre otro par: la distancia entre la representación y la simulación.


N.: ¿Y cómo sería eso?

D.: Ocurre algo que me gustaría llamar práctica ficcionante. Generamos ficción porque el contexto lo determina. Un avatar es una representación, o sea, una figura o imagen sustitutiva de nuestro cuerpo físico. Pero también es una simulación: un tipo de representación que deja algo atrás. Por la distancia entre nuestra existencia física y nuestra incursión virtual ingresa la ficción, “una ficción de percepción”.


N.: Exactamente. Y están aquellos que deciden desplazarla y pasarse al Skype, que es quitarle todo su potencial al metaverso, y otros, como es mi caso, que decidimos investigar esta “ficción de percepción” o práctica ficcionante estableciéndole reglas. Esto es un guión. Un marco de acción. Pero también una herramienta para auscultar nuestra personalidad en coordenadas inéditas.

D.: En el caso de mi avatar, no es más que una hipótesis de trabajo. Una sucursal de quien soy en el mundo físico pero en un contexto virtual. No me invento un personaje. Así y todo, no puedo evitar proyectar mi ficción de percepción o práctica ficcionante ya que ingreso en otra narrativa. Second Life es otra narrativa. Paralela o no al mundo del cual hablan los diarios en el mundo físico.


N.: A veces creo que mi guión es un método de autocontrol.

D.: Un compañero de ruta en el metaverso, alguien con quien sólo tengo trato dentro del software, Eliphas, tuvo claro desde el primer momento que debía construirse un guión sólido (y a la vez lo suficientemente flexible) para no volverse loco en las situaciones culturalmente mas extremas de Second Life. Y así generó a su monje budista (coleccionista de budas hologramáticos) que también es un gran mago. Eliphas o Dolcemare son máquinas de exploración, cada una con sus particularidades.


N.: Leía en tu blog sobre la actuación teatral o el anarquismo en Second Life. En estas circunstancias se nota aún más la práctica ficcionante. Podés ser un furioso anarquista en Second Life y no serlo en absoluto en Real Life. Podés ser mago o actor aquí y otra cosa completamente diversa en tu mundo de átomos.

D.: Volvemos a lo que te preguntaba ¿de qué manera participa el mundo físico de los mundos virtuales? En la época anfibia en la que vivimos, el uso del guión define esta instancia.