Punto de conexión. Ahí estamos, aquí nos encontramos. Red, HHH, Valeska, QT, Siena, más Ash y una araña gigante que simplemente apareció. Sigue afectándome la memoria: todos juntos en un mismo tiempo, compartiendo una idea de geografía, de trayecto, de percepción. Es algo que sobreagregamos al software.
El Buda de Eliphas. El desierto está cambiado. Vagué por él por primera vez hace más de un año. Por entonces, hicimos una serie de reuniones con Siena y Eliphas. Fue él quien dejó este Buda hologramático hace tanto tiempo (en el Metaverso, la percepción temporal se encuentra alterada, distendida). Alguien redobló la ofrenda: dos escorpiones enormes y dorados.
El desierto lo devora todo. Sin embargo nos movemos entre ruinas industriales que también fueron diseñadas como tales. Admito una preferencia absoluta por ese tipo de escenarios. Red me comenta “me encantan los sitios que permanecen inacabados o derruidos”. Es un desierto con muchas grutas y cavernas. Lagos subterráneos y refugios que alguna vez fueron científicos.
Tecnología desplazada. Es emocionante que se abandonen diseños de instrumental en un desolado desierto de software. Encontramos máquinas que no sabemos para qué sirven. O para qué o por qué alguien las dejó ahí. Por ejemplo, este generador hologramático. O helicópteros junior.
Narrativas. Cada land, al menos los más cautivantes, se desarrollan a partir de una narrativa previa. Un relato los ordena. La cuestión es que no tenemos idea de cuál es este relato. Lo que hacemos es sumarle el nuestro. Recordar un sol intenso cuando en nuestro mundo físico cae la tarde.
Ya saben: si quieren ver las imágenes en su tamaño original, solo hagan click sobre ellas.
