miércoles, 1 de octubre de 2008

Hábitats de redefinición

Sucede: cuando inventamos, diseñamos o proyectamos un mundo a escala, un “organismo social futurible”, todas las ideas previas por fuerza se remixan. Comenzamos a generar pequeñas teorías ficcionales para testearlas. Le sucedió a Tomás Moro (Sir Thomas Moore para los no hispanohablantes) cuando imaginó Utopía. Cada nuevo sistema o planeta inventado por los hombres implica alivianar el equipaje: inventamos sistemas o planetas para dejar alguna cosa definitivamente atrás. Nos sirve para abandonar algo del anterior. La dialéctica implica una transformación, y yo me refiero más específicamente al abandono. Cuando por fin pude entrever que tipo de curaduría deseaba realizar en un metaverso, supe que eso que llamamos “institución arte” debía quedar atrás, sosteniendo un sistema del mundo físico. La virtualidad me enfrentaba a otros desafíos. El arte es comunicación, sociabilidad, y en los mundos virtuales tenemos la oportunidad de comunicarnos de otra forma.


Hace más o menos cuarenta y cinco años, Gyula Kosice comenzó a experimentar un entusiasmo similar. La entonces creciente (en su cabeza y maquetas) Ciudad Hidroespacial (producto de sueños y bocetos muy anteriores) lo llevó a reacomodar sus ideas sobre la práctica artística.

“¿Para qué entonces la pintura, la escultura, el objeto, las artes plásticas, si todo ello ya está contenido en el volumen, el color, el movimiento, el recorrido interno y externo del "hábitat"?”


En 1969 Kosice presentaba la Ciudad Hidroespacial, su máquina de redefinición de las artes, las ciencias, las tecnologías y las políticas en el Planetario Galileo Galilei de Buenos Aires. El lunes próximo, 6 de octubre, a las 18 hs vuelve a presentarse en el mismo lugar. Pero esta vez su objetivo parece ser otro. Nos dice: “Urge sumarnos a la resignificación de la Tierra por Planeta Agua.” Nuestro querido globo ya no será más terráqueo, sino acuático. Una gigantesca gota de agua girando en el universo.