miércoles, 10 de diciembre de 2008

La prehistoria de los metaversos


Dolcemare: Es un movimiento lento, pero sostenido. No teníamos muchos antecedentes de una plataforma de este tipo pensada, analizada desde dentro. Pero ¿qué queremos decir por dentro?

Napoleón: La Secondblogósfera es irregular, pero pone en escena algo que ya podemos llamar “experiencia avatar”. Los límites de nuestros actos digitales están determinados por nuestra representación gráfica y los sentidos que le damos. En el metaverso lo vemos cotidianamente: cada clan hace circular una cosmovisión en la que se tensionan el mundo físico y el “estar” digital.


D.: ¿Notás evoluciones en esta “fabricación” de sociabilidad digital? ¿Estos clanes ya comienzan a tener estatutos más estables?

N.: Todavía son (somos) muy minoritarios. Primero porque se piensa poco en lo que significa pasar tantas horas en Second Life. Se lo naturaliza de un modo sorprendente. Pero sin dudas noto transformaciones. Y te diría que cada vez más anfibias. El permanecer en Second Life te obliga a tomar partido.


D.: ¿Entonces hay futuro para Second Life?

N.: Para los metaversos. No necesariamente para Second Life, que aún permanece como marca de fábrica, como producto. Atención, me gusta la idea de un universo-producto que cotice en bolsa, que se venda como cualquier otro elemento de mercado. Pero para que esto se vuelva más interesante los socios de capital deberían poseer más poder de determinación. En algún momento quizás exista una generación que nació en Second Life.


D.: ¿Suerte de nativos digitales pero exclusivos de Second Life?

N.: Usuarios que tengan adquirida la presencia cultural de los metaversos. Que para ellos, habitar otra dimensión sea tan cotidiano como mirar televisión o habitar una ciudad. Y que se dispongan a pensar desde esta cotidianeidad. Existirá un momento en el cual para muchas personas los metaversos sean tan inmediatos como el mundo físico.
Ese será un momento interesante. Y por fin nosotros seremos definitivamente prehistoria.