jueves, 25 de junio de 2009

Second Life como campo de pruebas

Aprendiendo del Metaverso


Dolcemare: En tus últimos posteos gana cada vez más lugar la hipótesis de Second Life como un espacio de experimentación que puede ser más efectivo que la realidad misma…

Napoleón: (interrumpiendo) Esa es la trampa. Es un error de concepto. Second Life también es la realidad. No debemos considerarla como “otra dimensión”, sino como otro “estado” de lo real.


D.: Digámoslo entonces de esta forma: el cuerpo se compromete de otro modo.

N.: El Metaverso es un campo de pruebas, o puede serlo, pero está dentro de lo real, forma parte de ella. No es algo exógeno, externo. Al revés, cada vez entiendo más este programa como una suerte de universidad, de colegio en permanente recreo.

D.: A lo que se refieren tus últimos posteos, si entiendo bien, es a las distintas dimensiones de lo real que tenemos disponibles desde un software. A ese otro aprendizaje por lo virtual, que no es sino la realidad en estado digital. ¿Estás de acuerdo con esta versión?


N.: Recién dijiste que comprometemos el cuerpo de otro modo y creo que ese es un punto importante. A partir del Cippodromon llegué a Erik Davis que afirma que muchas teorías y creencias que la modernidad parecía haber desterrado, incluso sepultado, vuelven a manifestarse nuevamente, incluso con más fuerza. ¿Qué tanto nos identificamos con nuestro cuerpo?

D.: Así estamos formateados culturalmente. Es un interrogante pesado, denso ¿cómo sobrellevar esas otras manifestaciones personales que ya no son físicas, sino virtuales?

N.: Ni más ni menos. ¿Cómo damos cuenta de nuestra dimensión virtual? ¿Hasta qué punto ésta puede resultar independiente de la física? ¿No es a esto a lo que denominás anfibiedad?


D.: Cuando digo anfibiedad me refiero a un conjunto de síntomas y el que describís es claramente uno de ellos. ¿Hasta cuando la virtualidad será considerada un patio trasero, un efecto secundario?

N.: Ni más ni menos. Ese proceso está en marcha hace rato. Pero, ya sabemos, los conceptos que nos ayudan a entenderlo muchas veces avanzan demasiado lento.