lunes, 3 de agosto de 2009

Hacer arte en otro planeta: performances y sim-art en Second Life


Dolcemare: Cuando hacés una performance en Second Life puede ser vista en tiempo real por (y desde) avatares de todo el mundo. ¿Acaso no se trata de una tradición de experiencia mediática (y de intercomunicación planetaria) que se inició hace exactos 40 años con el alunizaje? Ya sabemos, estar en el metaverso es como estar en otro planeta sin necesidad de salir de tu casa, y por lo tanto cualquier práctica artística en Second Life resulta siempre hacer arte en otro mundo. Es algo que muchos artistas deberían tener en cuenta: ¿cuántas oportunidades tenés de que tu performance pueda ser vivenciada, más no sea virtualmente, desde los sitios más alejados y sincrónicamente?

Napoleón: Cuando comenzó la experiencia del Cagliostro Team hicieron un relevamiento de las prácticas artísticas en Second Life. Esto es, de los modos de hacer arte en un mundo virtual. ¿Notás cambios desde entonces a la fecha?


D.: Digamos que existen tres tipos de prácticas. Las que inmediatamente descarto son aquellas que consisten en llevar obras realizadas con anterioridad en el mundo físico a una visualidad metavérsica. Te doy un ejemplo: una exposición de pinturas en formato jpg en una galería o museo de Second Life. Hace unos años atrás todavía podían tener algún sentido, pero ya no. Por otra parte, están aquellas otras experiencias que remiten inmediatamente a la vida en el entorno digital, como sucede con las fotos de avatares tomadas en el metaverso. Esto es mucho más interesante porque la producción es in situ, es parte de la vida en la virtualidad. Por último, y son las que particularmente más me interesan, son aquellas otras obras que jamás podrían realizarse en el mundo material por razones físicas o económicas. Supongamos, una ciudad antigravitatoria habitada por avatares no humanos en condiciones atmosféricas y climatológicas absolutamente desconcertantes.

N.: Había conocido unos avatares que estaban planificando llevar el Cielo de Diamantes de Lucy a un despliegue de Sim. Sería como ingresar a la cabeza de John Lennon cuando escribió la canción. Una suerte de variación del land-art en clave virtual: algo que podríamos denominar sim-art.

D.: Lo dije muchas veces, en Second Life un artista puede comportarse como un dios, cambiando el color de los cielos, creando especies biológicas que no existen, disparando su imaginación una y otra vez a lo imposible. Sin embargo, también me parecen muy interesantes las reversiones (¿historiográficas?) de obras que realizaron Eva y Franco Mattes de 0100101110101101.org precisamente porque ponen en evidencia las diferencias anfibias entre ambos entornos. Tengo en mente la versión del Cris Burden’s Shoot que realizaron en el marco de las Synthetics Performances.


N.: Es una de tus obsesiones: la otra vivencia del cuerpo (en un entorno digital.)

D.: ¿Tendría sentido una experiencia como el histórico accionismo vienés en un mundo virtual? ¿U otras tantas intrusiones extremas del body art? Seguramente no, porque el cuerpo físico está a resguardo mediante el software. Y este intríngulis de inmediato se traslada a cualquier otra intervención sobre el cuerpo. Hace un tiempo hubo algunos locales en Second Life para experimentar con zoofilia. También otros de sexo mutante. Más allá del posible impacto inicial, no creo que sean más que callejones sin salida. Explorar la digitalidad no implica readministrar las percepciones de nuestro mundo físico.

N.: ¿Creés que el arte en Second Life debería cumplir un rol diferente al que estamos acostumbrados en, como vos decís, el mundo físico?


D.: Siempre tocamos ese límite: qué es lo que diferencia al arte de aquello que no lo es. La misma pregunta con la que insistió en su momento Arthur Danto en su Transfiguración del lugar común. Los tiempos anfibios que transitamos no son la excepción. La cuestión para tener en cuenta es: ¿se puede ser artista en Second Life y no en el mundo físico? La respuesta que propongas dividirá aguas sobre los usos del software. Y por supuesto, pondrá en cuestión algo bastante más extendido y complejo, ya que no nos referimos a un interrogante que sea privativo del mundo del arte.

N.: La pregunta entonces sería ¿podés ser algo en el metaverso y no serlo fuera de él?