jueves, 13 de agosto de 2009

Técnicas de seducción web


¿Existe un tipo de seducción específico de la web?
Quizás deberíamos decir prototípico y repreguntarnos ¿cómo se conforman los seductores web? ¿en qué se parecen entre sí?
¿Qué recursos de atracción ponen en juego y de qué modo?
Estas preguntas nos llevan a otras que parecen ser su punto de partida ¿cuáles son las características del “yo digital”?
¿Qué diferencia existe entre el “yo digital” y el “yo web”?
¿Cuáles son las incompatibilidades entre el “yo a secas” y el “yo web”?
¿De qué manera conviven?


Inducción en la web: el seductor es múltiple, proteico. El estado digital lo ampara: el Perro de Steiner (hacer click acá), que a estas alturas debería ser tan famoso como el Perro de Pavlov (y quizás lo sea) lo sabe perfectamente bien. Posiblemente más de una vez hayan sido seducidos en la red por un potencial Perro de Steiner.
De hecho, la narrativa anfibia del posteo anterior no habla de otra cosa. Pero ¿acaso no es también el caso de Cyrano de Bergerac?


Acto de presencia: la seducción web (en un chat, a partir de mails, en mundos virtuales –utilizando avatares-) ecualiza nuestra identidad de otro modo. Redistribuye nuestros recursos. Y por sobre todo se monta sobre las posibilidades de lo virtual: de ahí que el punto clave sean las políticas de valoración de la comunicación virtual. Si éstas se delimitan sólo en una subordinación absoluta a los derroteros del mundo físico, la seducción web se ve por completo limitada. Sin dudas, referirnos a seducción web es referirnos a seducción anfibia.
Cuestiones de método, es decir: de contexto.


La noción de método, en todos los casos, implica un contexto. Al punto de que es correcto definir al método como un trabajo sobre el contexto (nosotros mismos somos partes y resultado de un contexto: el primer paso es definir estos límites). Por lo tanto, cuando nos referimos a la seducción web, de lo que hablamos es de, ni mas ni menos, un trabajo de seducción desde los imaginarios que pueblan la web (recontextualizadores del contexto digital): encantar, atraer desde las imaginaciones que lo digital convoca.
Una relectura de Kierkegaard en la era web.

Por supuesto, esto es sólo un breve inicio.