jueves, 6 de noviembre de 2008

Villa Ocampo en Second Life (v.1)


Estuve muchas veces (avatar mediante) en plazas virtuales-públicas que tenían el perfecto aspecto de un mercado persa en el cual todos los presentes traficaban su idea de realidad, y en donde la sensación de Babel se convertía en un environment persistente. Esta vez fue más allá de eso: me desconecté y el ralentado efecto de desajustes virtuales me acompañó por un buen rato. Por cierto, no nos reunimos en ninguna plaza, sino que continuamos la charla en un archipiélago antigravitatorio. (Addenda: este posteo es un apunte sobre una actividad anfibia. Hagan click sobre el título).


Fue una reunión bastante íntima. En una de las islas-jardín de JD Mechanical Toy Factory: un sitio tranquilo, con pocos clientes para esa hora metavérsica y con un muy moderado nivel de lag. Así y todo, el avatar Coliandro Rajal jamás acabó de materializarse. Al menos en la imagen que registraba mi monitor: una nube parlante al nivel del piso. Propuse modificar el estado de interacción visual: cada avatar eligió el estado de luminosidad de su día. Así, hubo quienes prefirieron la noche, otros la madrugada, algunos el mediodía. Todos sincrónicamente con un sol a su medida. (Si hacen click sobre las imágenes, éstas se agrandan).


Una y otra vez vino a mi cabeza un relato de Ballard, Las voces del tiempo. Fuimos capturando los diálogos, que se dispersaron ininterrumpidamente. La razón es simple: aparte de quien escribe, sólo Zasha Vlodovic había transitado con anterioridad este mundo digital. Por lo cual, hubo mucho exabrupto psicomotriz de software manipulado por intuición. Si ya Second Life tiene mucho de esto (hagan click acá), imagínense con visitantes primerizos que además teorizaban o intentaban teorizar mientras descubrían las razones tecnológicas de su movilidad.


Dolcemare Pizzicato: Un amigo escribió que cada sitio de Second Life captura un estado de ánimo.
Coliandro Rajal: Creo que toda internet es anímica. Fijate que toda la retórica del fotolog tiene que ver con los estados de ánimo.
D. P.: Esos estados de ánimo se linkean con el nivel de percepción software que transitamos.
Homo Dezno: Un tema para reflexionar es esta dinámica de chat, que es rara, porque la interlocución no es clara (¿quién habla, cuándo?) Son gestos que tal vez no existen en el metaverso.
Zasha Vlodovic: Somos neonatos aquí.
D. P.: Lev Manovich dio en el punto: hay una dinámica muy similar a la del cine. Con los subtitulados y todo. De hecho, es más pautada: aparece el nombre de quien habla en la pantalla.
H. D.: Pero el cine tiene otra coherencia.


Hasta que bastante más tarde fuimos a un bosque, Nereo3040 Bookmite dio vueltas entre nosotros en silencio.