jueves, 23 de junio de 2011

Descansando de mí

Glosario de vidas digitales alternativas


Tob: ¿Qué es exactamente lo que extrañás de Second Life?

Napoleón: Nunca me interesé demasiado en los vaivenes del proyecto en sí, en sus implicancias económicas o de competencia con ciertos servicios de las redes sociales. No es este aspecto el que me atrajo del mayor de los metaversos. Por el contrario, lo que me sedujo es la producción de experiencia personal: ¿qué tipo de sociabilidad podía experimentar en Second Life que difiera de mi vida física? Napoleón es una vida alternativa. Un ensayo de vida alternativa.

T.: ¿Por qué alternativa? ¿qué es lo que determinaría su alternatividad?

N.: Alguna vez afirmaste que Second Life es un experimento psicológico, y es el este sentido que me interesa. El jugar a ser otros, a permitirme ciertas vivencias que o postergaría o negaría en mi vida no digital. No es nada excéntrica la fantasía de vivir varias vidas. Este impulso me llevó a crear un avatar al que bauticé Napoleón Baroque. Digamos que es una variación de mí. Pero para que este impulso tenga sentido, es fundamental encontrar modos de interacción con otros que compartan esta idea.


T.: ¿Y te resulta difícil?

N.: En parte. Hace tiempo que mi compañera en Second Life es Nisei Oh, a quien no conozco en mi RL (Real Life). Me encanta su estilo, me alucina su modo de habitar este mundo virtual. Al fin de cuentas, un avatar es sólo estilo, un conducto antropomórfico de interacción cargado de estilo (risas).

T.: Llevás años en la exploración del software ¿existe algo así como un patrón de experiencia?


N.: Es lo que se llama guión. Ya que un usuario de Second Life te hable de guión implica una ideología. En ese sentido siempre tuve un plan, que fue relacionarme con otros usuarios que plantearan sus vidas alternativas de modo similar. En este punto comienzan las divergencias. Hay quienes experimentan con la morfología avatar –son alienígenas, animales, se cambian de sexo o lo que fuera-, otros con situaciones extremas a las que jamás se animarían en entornos físicos, otros que simplemente buscan modos de pasar el tiempo.

T.: Te cansaste varias veces. Eso fui leyendo en tu blog.

N.: Imposible no cansarse, imposible no desilusionarse. Lo que agota es la interacción de dimensiones: en el metaverso sos un gladiador de otra galaxia, en tu cotidianidad física un periodista especializado. ¿Acaso no es parte de la modelación de la neurosis que encarna más de una generación de jugadores de videojuegos?


T.: ¿Estás en contacto con otros avatares de tu antigüedad?

N.: No mucho. La gran mayoría de adictos cambia de avatar. En mi caso, soy demasiado fiel a mi forma digital: sigo con el mismo avatar después de años. Hace tiempo que decidí mantenerme en mi aspecto. De hecho, últimamente entro poco. Son épocas. Ya volveré a la carga. Como si con mi vida física no me alcanzara. Son otras tantas maneras de descansar de mí.